Este es un tema que tenía pendiente y al que le llevo dando vueltas desde
hace tiempo. Es también un tema recurrente en algunos aspectos y que me hace
reflexionar sobre mi posición en el mundo y me hace preguntarme incluso si soy
normal.
Leyendo a Ortega he encontrado un poco de
paz para mi alma inquieta, aunque no por mucho tiempo. No es que me haya dado
una verdad absoluta, no existe tal cosa, pero sí un camino nuevo donde explorar
y que me da algo de esperanza de no sentirme tan alejada del gran común de los
mortales. Ya hablaré de esto.
Existe lo que se llama la "figura pública" o famosos o celebrity, que normalmente suelen ser
artistas o deportistas, en el mundo de hoy en día. También están esos
personajes, que nunca he entendido por qué son famosos, que salen en la tele y
sobre los que basta ver cinco minutos de algún programa televisivo para
enterarte de su vida de arriba abajo y de la que nos cuentan todo detalle, pero
que aparentemente carecen de talento o de algo interesante (al menos yo no lo
veo). Y dicen que tienen una profesión, no sé en qué meterlos.
Ante esas figuras públicas se siente una especie de admiración e
idolatría, en algunos casos, que hace que pongamos sus fotos en nuestras
carpetas en el instituto, en las paredes de la habitación, que no hagamos otra
cosa que hablar de ellos, que hagamos locuras como esperar horas para poder
verlo en persona y que te firme algo, etc. También parece que tenemos la
necesidad de saber todos los aspectos vitales de esa persona. Los buscamos,
sabemos dónde está en cada momento y ¡hoy en día es aún más fácil! Son ellos
mismos los que a través de las redes sociales se dan bombo y nos informan para
deleite de sus seguidores, que incluso pueden interactuar con ellos a través de
internet.
Me planteo varias preguntas: ¿Qué tipo de personas entran en esta
categoría de perfil público? en el sentido del que hablamos aquí. ¿Por qué
causan esa admiración? Qué vemos en ellos. Y adelantar que hay personas que son
introducidas en ese saco que no quieren serlo y no participan de ello, aunque a
veces se ven forzados, y me cuestiono la moralidad de esto.
Siguiendo el orden empezaré por el tipo de personas, aunque las
preguntas están relacionadas. Como está escrito arriba la mayoría de los famosos
suelen ser del mundo de las artes y del deporte. Cantantes, actores, actrices, futbolistas,
tenistas, pilotos, etc. Un ejemplo clarísimo de idolatría y de fenómeno fan fue
el comenzó con The Beatles en los 50, como es por todos bien sabido. Llegaba a
tal el acoso que a veces se hacía inviable la vida normal de estos cuatro
jóvenes. Cientos y miles de personas admiraban a los músicos y pregunto ¿Por
qué?¿Qué tenían ellos que no tuvieran los demás?¿Importaba si eran buenas personas?¿Eran
de verdad, realmente buenos músicos (que nadie se ofenda, solo pregunto)?
Unos años antes el fenómeno del
famoseo lo protagonizaban personajes de muy distinto quehacer. Albert Einstein y su famosa foto con la lengua fuera muestra una mirada cansada y aturdida por
la cantidad de periodistas que le esperaban al salir de una cena. Era un ídolo
y era científico, probablemente la mayoría de la gente no tenía ni idea de qué
era lo que había hecho ese señor, pero era un señor con un alto reconocimiento
y eso basta para ser idolatrado. ¿Es la prensa la que decide quién es famoso o
la opinión pública tiene mucho que ver con ello? Creo que en estos días que vivimos
es la segunda opción más predominante que la segunda, pero probablemente se
alimenten la una de la otra.
Creo que en lo que nos fijamos es en personas que aparentemente son
iguales que nosotros, pero que tienen más dinero, parecen más atractivos y
parece que tienen vidas perfectas. Incluso cuando no son perfectas nos parece
que están en otro plano de la realidad y los acompañamos en ellas como si
fuéramos nosotros mismos y ello fomenta que nos parezca que son reales y que su
estilo de vida puede ser alcanzado por cualquiera.
Personas que han conseguido dedicarse a aquello que aman y que viven
aparentemente bien, en unos círculos privilegiados, que llevan ropa de
diseñadores y son reflejo de aquello a lo que aspira la gente a llegar. La
perfección física y social.
Luego están esos otros programas y revistas de cotilleo que ahondan
normalmente en la parte más oscura de la vida de esas personas. Hay otras que
solo tratan lo "positivo", se casan, tienen hijos, son felices en la
playa retozando, estrenan películas, sacan discos, desfilan… También si se
divorcian, se ponen los cuernos, se pelean o están en la más profunda miseria.
Eso los hace humanos, eso los hace abarcables.
Son el cuento de hadas y
princesas.
Pero estas tendencias creo que cambian, como he dicho antes, a finales
del XIX y principios del XX eran admirados personajes de la ciencia y la
literatura, se les perseguía. (Dejo a un lado el aspecto de los políticos, que
supongo que tiene que ver más con el sex appeal del poder).
Gregorio Marañón con la esposa del político francés Edouard Herriot, por las calles de Toledo, 1932. Este es un ejemplo de lo que digo. Marañón un médico, siendo perseguido por las calles de Toledo, sí, va con la mujer de un político francés, pero eso no le resta importancia al hecho.
¿Qué ha cambiado?
Las artes levantan pasiones. Admiramos a los actores y actrices por cómo
interpretan personajes con los que nos sentimos identificados, o cuyas
historias nos han conmovido, hecho reír o llorar de tristeza. Les admiramos
porque ellos pueden ser héroes, villanos, pasar de ser personajes pobres a ser
ricos, disfrazarse y cambiar el mundo con los mensajes que un director ha
intentado plantear en su película. Una realidad paralela en la que todo puede
ocurrir, incluso siendo ficción es realidad, sí. Eso es maravilloso,
indudablemente. Eso los convierte en personas admiradas y envidiadas, sin lugar
a dudas. Pero no todos en el mismo sentido ¿No? Hay miles de actores y
actrices, y directores. ¿Por qué no se admira masivamente a los guionistas,
iluminadores, encargados de casting o de vestuario? Obviamente la cara visible
son los que interpretan y se dan un aire diferente. Están de cara al público y
lo saben. ¿Eso permite que se les pueda seguir en todos los aspectos de su
vida?¿Se debería limitar el seguimiento a su trabajo y no extenderse a su vida
personal? Debería, pero queremos saber cómo esa persona ha conseguido ser lo
que ha querido y necesitamos todos sus detalles para poder imitarlos a baja
escala. Somos unos pequeños intérpretes de vidas ajenas.
Lo mismo sucede con futbolistas, músicos y algún que otro literato de
best sellers. Quizás sea simplificar, todo se da. Hay gente que no obedece a
este tipo de cosas, que no sigue a los famosos de moda sino que se fijan en
otros de menor calado. Admiran a un pianista que nadie conoce, a un poeta, a un
actor de teatro, un bailarín, un arquitecto, un pintor…Y aún así ¿Hacemos lo
mismo?¿Intentamos saberlo todo sobre su vida?
Luego me planteo aquello de si todos quieren ser personajes públicos en
el sentido de que se sepa absolutamente todo de sus vidas, de que la gente vaya
a la puerta de sus casas, que no puedan ir por la calle sin que una nube de
fotógrafos les retrate en cada momento de su vida. Desde luego que no y
curiosamente, aquellos que huyen de ese tipo de vida pública, que la rechazan
de lleno, suelen no tener esa presión tan alta como otros. Personas que solo se
muestran en público cuando es algo relacionado con su trabajo. También está la
graciosa idea de que es su obligación estar de cara al público las 24h "es
que es su trabajo", ¿Qué te firme autógrafos y se haga fotos contigo
cuando está haciendo la compra o paseando con su familia? Cuando no es un actor
o músico (si es que se puede dejar de serlo) sino una persona anónima ¿Tiene
que estar disponible? No sé hasta qué punto se puede controlar el que no se
retransmita tu vida y no se hable de ti constantemente cuando no tiene lugar.
Desde luego hay casos que se dan y pasan desapercibidos. ¿Dónde está la línea?
Me ha gustado tu post un monton.
ResponderEliminarLas masas contemporáneas han atrapado a las nuevas generaciones dando un nuevo nivel de idolatría hacia las figuras públicas, pero a diferencia del pasado que eran perseguidos personas reconocidas por su mérito y su dedicación, ahora son dejados de lado, tomando su posición estrellas que en su mayoría son mediocres y carentes de actitud - a veces también de aptitud - entonces, he llegado a una conclusión, los seres humanos son seres sociales por naturaleza, dentro de nosotros tenemos sentimientos de admiración por algo x o y razón, que deben ser expresados, la diferencia que planteo es que debemos re direccionar esos sentimientos por personas como científicos, ingenieros, médicos etc, que se merecen más atención a diferencia de otros; sin embargo NADIEE merece la idolatría que reciben en estos tiempos las estrellas de la farándula.
Saludos
Bueno, estoy de acuerdo con usted Sr. Anónimo. Pero, he de añadir algo. Los personajes de la farándula también pueden ser admirados. Hay grandes actores y actrices, grandes músicos, grandes escritores, e incluso futbolistas que también merecerían algo de atención. El problema viene de qué valores son en los que nos fijamos. Hay médicos e ingenieros, que en fin jejeje.
ResponderEliminarGracias por tu comentario =)